¿Quién es
ese ser humano lleno de dolor que se refleja en mi sombra?
A quien
de la lagrimas salen luces engañosas,
Lleno de
decepciones y confusiones.
Calculo
los impulsos solo para reprimirlos,
Y entonces
veo mis frustraciones tan tangibles,
Tan volátiles,
tan clavadas en mi como una daga.
¿Y es
que acaso el dolor me enseñara lo que necesito?
De una
vez por todas podré perdonarme, perdonarte;
Podré acariciar
mi verdadera persona
Y dejarme
libre al viento como lo anhelo tanto.
Pero,
la culpa siempre se ríe de mí,
Se pone
en frente y me intimida
Siempre
tan airosa.
Solo
deseo una caricia sincera,
Que nazca
sin ninguna petición,
Que me conozca
por dentro y por fuera,
Que sepa
quién soy…
Aun más
que yo.
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